Rayas de diálogo 3

En los posts anteriores, vimos el primer diálogo y la primera intervención del narrador, ahora veremos qué pasa después, en las segundas y demás intervenciones

·         Las rayas de diálogo funcionan, en cierto modo, como los paréntesis: van pegados a la oración que uno quiere poner entre paréntesis sin ningún signo de pausa dentro de ellos (punto, coma, punto y coma, puntos suspensivos). Con las rayas de diálogo es igual, en la narración no va ningún signo, excepto interrogación, exclamación y comillas de ser necesario.

·         Solo en el primer diálogo la raya va pegada al diálogo, en el resto, siempre va pegada a la intervención del narrador.

o   Vale decir: raya de diálogo, diálogo, signo si procede, espacio, raya de diálogo, intervención del narrador, raya de diálogo, signo si procede, espacio, diálogo.

o   Ejemplo:

§  ―Hola ―saludó Miguel―, ¿cómo estás?

§  ―Hola. ―La mujer se puso nerviosa―. ¿Qué haces aquí?

§  ―Vine a verte ―respondió con desfachatez―, ¿acaso no puedo?

§  ―Esta ya no es tu casa. ―Tomó su teléfono―. Si no te vas ahora mismo, llamaré a Máximo ―lo amenazó.

·         Nunca se termina el párrafo con una raya de diálogo. Se termina con punto aparte o signo de interrogación o exclamación.

·         La puntuación del diálogo se coloca después de la intervención. Solo cuando la intervención no indica la acción de decir, se coloca punto seguido tras el diálogo y la intervención del narrador comienza con mayúscula. Después de la intervención y la raya de diálogo, se coloca punto seguido otra vez.

·         Si el diálogo lleva signo de interrogación o exclamación, se cierra normal y la intervención del narrador comenzará con mayúscula o minúscula según corresponda, como vimos anteriormente.

·         Voy a dejar varios ejemplos para que se entienda mejor, de todas maneras, si te queda alguna duda, déjalo en los comentarios, pues con este post terminamos lo que son las rayas de diálogo.

o   ―El día que se fue… ―dijo pensativo―, no supe qué hacer ―continuó del mismo modo―, jamás esperé que se me fuera así. ―Se dejó caer en el sofá―. No debió morir.

o   ―¿Quieres ir a tomar un helado? ―le preguntó―, necesito hablar contigo.

o   ―¡No puedes tratarme así! ―exclamó―. Nunca volverás a humillarme.

o   ―No puedo salir a la calle ―repliqué―. ¿Tomás no puede venir?

o   ―Tuve un día de porquería ―le contó―, lo único que quiero es un café bien cargado. ―Se acercó a la cocina―. ¿Tienes?

o   ―Recién me llamó ―le indicó con molestia―. No quiero hablar con él, no sé cuándo lo entenderá.

o   ―Así que pensabas escapar. ―Vittorio la interceptó en la puerta―. Yo esperaba pasar el resto de la velada contigo. ―Le tomó la mano―. No te vayas ―le rogó.

·         Nota: estos son ejemplos para que sepan cómo van, pero la idea es no llenar tanto de explicaciones en los diálogos, hay que dejar que la imaginación del lector rellene tonos, acciones y formas, así no recargamos tanto nuestra novela.

 

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Besitos y nos leemos.